Cómo conocí a Missile

Sissel Vaya, Missile. Últimamente te has convertido en la estrella del espectáculo.
Lynne ¡Don popular! Pero no dejes que se te suba a la cabeza.
Missile ¡No os preocupéis! ¡Mientras os tenga a la señorita Kamila y a ti, señorita Lynne, no necesito nada más!
Lynne Bueno, ciertamente le has hecho honor a tu nombre, Missile. Desde el día en que te conocí.
Sissel ¿Cómo terminaste viviendo con este bichito, Lynne?
Missile ¿"Bichito"? ¡¿A qué viene eso?!
Lynne Pues, veamos... conocí a este pequeñín... ¿hace dos años, quizá? En la tienda de mascotas Bocci.
Missile ¡Me acuerdo! Yo acababa de nacer, y era una bola de pelo. No sabía ni dónde tenía las patitas.
Lynne Y yo acababa de entrar en el cuerpo de policía. Mi vida había cambiado un montón... y necesitaba a un amigo.
Sissel ¿A un amigo?
Lynne Sí, para Kamila. Era previsible que tuviera muchos turnos de noche, y pensé que se sentiría sola.
Sissel Ah, y por eso decidiste tener un perrito.
Lynne Mm, no... No exactamente.
Sissel ¿Eh?
Lynne En realidad, fui a ver pájaros. Son pequeñitos, y muy agradables cuando cantan.
Missile Los pájaros son muy suyos. Miras un momento hacia otro lado, y se van volando.
Lynne También me habrían gustado algunos pececitos. Unos preciosos peces tropicales en un acuario bien grande.
Missile Olvídate de peces. Por muy bonitos que sean, al final te cansas de solo mirarlos.
Sissel Cuidado, Missile. Tu popularidad está cayendo en picado.
Lynne En cualquier caso, estaba segura de que un perro no era buena idea. Yo no iba a estar mucho por casa, y necesitan mucha atención, ¿verdad?
Missile ¡Pero piénsalo bien! Si hasta cuando mordí la mano que me daba de comer, ¡era todo para darnos más confianza!
Lynne Eso lo dirás tú... En todo caso, pasé por alto todos los perros de la tienda, si mal no recuerdo.
Sissel Entonces... ¿qué pasó? ¿Cómo terminaste con este gamberro?
Lynne Kamila se enamoró al momento. Desde su jaula, este pequeñajo nos estaba mirando con tal cara de lástima, y con lagrimitas en los ojos...
Missile En mi defensa diré que estaba un poco deseperado.
Lynne La señora de la tienda lo sacó de su jaula, y entonces...
Sissel ¿Y entonces...?
Lynne De repente, saltó sobre mi chaqueta, clavó los dientes en la placa y la arrancó.
Sissel ¿Pero qué...?
Missile Por aquel entonces me encantaba arrancar botones. Y nunca había visto uno tan grande, ¡así que me tiré a por él!
Lynne ¡Pero si no era ningún botón!
Missile Lo siento, señorita Lynne... Fui un perro malo.
Lynne Le dejaste dos marquitas. Pero ni siquiera me enfadé; solo me quedé muy triste, porque esa placa significa mucho para mí.
Sissel Y entonces... ¿qué pasó? ¿Cómo terminaste con este rufián?
Missile Sissel, llevo varios minutos dejándote hablar, pero...
Lynne Cuando vio lo triste que estaba, Missile volvió en silencio, me devolvió la placa y me empezó a lamer la mano.
Sissel Oh...
Lynne Y entonces me di cuenta... de que aunque no pudiera hablar, él entendía perfectamente como me encontraba.
Missile Señorita Lynne...
Lynne Desde entonces no ha vuelto a morder nuestras cosas.
Missile ¡Porque decidí que no iba a dejar que nunca nadie os volviera a poner tristes, ni a la señorita Kamila ni a ti!
Sissel Je. ¿Aunque esa fue la primera cosa que hiciste tú?
Missile ¡No hace falta ya insistir con eso!
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